Día 44
- Andres Munini.
- 26 feb 2018
- 1 Min. de lectura
Me desperté cerca del mediodía, me duché y almorcé con Angélica, luego me puse a acomodar unas cosas que se me habían roto, aproveche a cargar mis cosas electrónicas, cocí ropa y reparé mis anteojos de sol. Me puse a escribir, ya que hace como una semana no escribía nada, quería ponerme al día, y eso me llevó toda la tarde. A la noche ayude a Angélica a preparar las cosas para ir a su trabajo, ella tiene una camioneta equipada para cocinar a los camioneros que paran durante las noches en la aduana, así que me invitó a que la acompañe para que conozca como trabaja, de paso cenaría allí con ella. Fuimos juntos a donde ella estaciona su camioneta, y luego de desplegar todo y charlar un buen rato, me sirve del guiso que les hizo para los clientes, realmente riquísimo y muy llenador, más el pan calentito que es una delicia, realmente me encanto. Luego tome un café y ella un té y yo me volví a la casa, ella se quedó trabajando hasta la madrugada para servirles el desayuno. Llegué a la casa y me acomodé para dormir, siendo las 03:00 am me despido con esta frase: “La amistad es el alimento del Alma”. Hasta Mañana!
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