Día 48
- Andres Munini.
- 2 mar 2018
- 1 Min. de lectura
Hoy iba a partir rumbo a Santiago de Chile, pero debí quedarme a ayudarle un poco en algunas cosas a Angélica. Luego almorzamos dentro de su carrito de comidas. Tuvo problemas con los vecinos de donde vive, por el hecho de que son pesados y mal llevados, cosas que pasan hasta en el mejor vecindario, por ende, me quedé haciéndole el aguante. Que más podría hacer con todo lo que me Ofreció. Ella estaba mal anímicamente por todo lo sucedido, ya que también se vieron involucrados los carabineros, pero son cosas que pasan. Gracias a Dios se solucionó en buenos términos, pero aun así ella comenzó a decaer. No sé si mi compañía servía pero ahí estuve, a su lado, acompañándola y apoyándola a que se sintiera mejor. Luego, la noche llegó y comenzamos a preparar las cosas que llevaría para vender. Se fue al trabajo y le dije que se ponga feliz que vendería mucho, que se valla positiva y luego de esas palabras, nos despedimos, ella a trabajar y yo a escribir y volver a desempacar las cosas que había cargado en la moto. Luego de esto, preparé el mate, cené y me puse a editar videos hasta que me bajó el sueño. Ya siendo las 03:00 hs, me voy a descansar despidiéndome con esta frase: “Haz oído sordo a todo lo malo, solo escucha lo que te haga bien” Hasta Mañana!
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