Día 47

Nos despertamos y prepare el mate, mientras el agua se calentaba, fui al baño a asearme para luego preparar todo para partir del hostal. Tomamos mates, preparé las cosas y partimos. Caminamos conociendo Lla Lleo, y luego tomamos un taxi para ir a conocer la playa que a pocos kilómetros estaba. Al llegar a metros de la playa, mi celular carecía de carga en la batería, por lo que le pedí a Angélica que me tomase una foto, pero cuando buscaba su teléfono, se dio cuenta que no lo tenía y comenzó a ponerse mal. Sin recordar donde lo dejó, le sugerí pensar que si lo había dejado en el hostal, y cree que si, por lo que intento localizarlo, con el teléfono ya por apagarse, logro ver que efectivamente estaba en el hotel, por lo que decidimos regresar mediante otro taxi donde estaba el hostal. Al llegar no había nadie, pues habían cerrado, así que tuvimos que esperar a que llegue alguien a abrir. Pasó poco tiempo, cuando un hombre entró y allí fuimos a su encuentro, le comentamos la situación y nos dice que él no es el dueño que solo iba a buscar unas cosas, Angélica le pidió pasar a buscar el teléfono que sabía que momentos antes se lo había olvidado en la habitación, por lo que nos dejó ingresar y ella se quedó esperando en la puerta. Subí al segundo piso, dirigiéndome a la habitación, y lo encontré sobre la cama. Luego agradecimos el favor y nos retiramos del lugar. Nos quedamos con ganas de conocer la playa, pues el día anterior, su hermano nos había invitado a almorzar y como ya era la hora de ir a su casa, desistimos de ir a la playa. Llegamos y la mesa estaba ya lista, me hicieron pasar, me saludaron y luego almorzamos pastel de Choclo, muy rico y dulce, hecho con carne, pollo, cebollas, y recubierto con una capa de choclo molido, tipo humita, con azúcar encima. Luego tomamos un té y, como su hermano es dueño de flotas de colectivos, coordino nuestro viaje de regreso sin costo alguno. A las 16:00 salimos rumbo a la estación de colectivos, donde nos asignaron unas butacas para viajar tranquilos. Nos despedimos y comenzamos el viaje. Llegamos a Valparaíso, donde allí solo hicimos trasbordo de Colectivo, luego de esperar una hora aproximadamente, volvimos a subirnos a otro Bus, esta vez con rumbo a Los Andes. Llegamos tarde, era como las 20:00 hs aproximadamente. Le ayudé a cargar su carrito de comidas para el día siguiente, luego cenamos y nos fuimos a descansar. Yo me duché y acomodé mis cosas para el día siguiente seguir rumbo a Santiago. Ya cansado y con sueño, me despido con esta frase: “Descansa cuando tu cuerpo te lo pida, de lo contrario no disfrutarás de tu día” Hasta Mañana!