Día 27
- Andres Munini.
- 9 feb 2018
- 2 Min. de lectura
Gracias a Dios, hoy me desperté genial! El malestar ya paso y me siento como nuevo y lleno de energía otra vez. Salí de la carpa, prepare el mate, desayune con pan con mermelada de durazno y después me puse a escribir, luego llegó Miguel a saludar y ver cómo me encontraba yo, así que luego de charlar y compartir unos mates él se fue. Prepare un almuerzo rápido, unas frutas, manzana, banana y uvas, después se me antojó ir a conocer el Cerro Siete Colores, ya que me sentía bien y el día me acompañaba, así que puse en marcha a BetiAna, puse la cámara en el casco y marchamos. Luego de llegar al centro de Uspallata, fui derecho por la calle principal, que es la que sale al Cerro, luego de unas cuadras de pavimento, la tierra y el ripio se hicieron presentes al dejar detrás el pueblo, recorrí un kilómetro y pequeños cerros ya se avistaban, todos coloridos, hermosos de ver, luego de hacer unos 7 kilómetros de ruta, llegué a los pies del Famoso Cerro, estacioné la moto y me bajé a caminar. Saqué muchas fotos, pues todas los Cerros que allí se ven están pintadas de llamativos tonos coloridos, contrastando todos juntos en un paisaje maravilloso. Acompañaba el silencio y el cantar de aves que por allí sobrevolaban, el cielo esplendoroso con su celeste que se posaba detrás de los cerros. Luego de caminar y conocer todas las piedras, me senté a observar y a pensar en cuantas otras cosas maravillosas conoceré en este viaje, la paz me inundaba, el saber que estoy solo yo y ese paisaje, solos y el uno para el otro, mirándonos y contemplándonos sin mensura alguna. Luego de permanecer allí más de dos horas, y con el sol que empezaba a calentar un poco de más, baje del Cerro y me fui donde estaba BetiAna, nos sacamos unas fotos juntos y retomamos el regreso al pueblo. Al llegar al camping, veo que tengo nuevos vecinos al lado de mi carpa, Jonathan y Julieta, quienes eran de Buenos Aires y estaban vacacionando por la zona. Nos amistamos y tomamos mates todo el resto de la tarde. Luego encendió fuego en la parrilla y se puso a hacer un matambre a la pizza, tan geniales eran que me invitaron a cenar y que decir… en este viaje aprendí a saborear la comida y a valorar las acciones de las personas que no me conocen para conmigo. Cenamos y disfruté mucho esa compañía, sin duda, más charlas tendremos porque se quedarán unos días. Así que luego de comer, se despidieron y se fueron a descansar. Yo por mi parte, también me prepare para entrar a mi carpa, luego de acomodar unas cosas que tenía fuera. La frase de hoy es: “Cada día te regala nuevos amigos, haz que tus amigos, cuenten cada día” Hasta Mañana!
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