Día 25

Me desperté con mucha energía y comencé preparando el mate, mientras conectaba la computadora y me preparaba para escribir. Después comencé a editar unos videos y luego de varios mates quedé al día. Al mediodía tome unos mates con unas rebanadas de pan con mermelada de durazno que me habían obsequiado en Maipú, Mendoza. A la siesta apagué la compu y la guarde, también guarde el mate y me fui al centro, para ver si conseguía internet para poder subir algunos videos, en eso paro en la estación de servicio y me cruce con unos moteros que andaban de viaje a chile, luego de charlar brevemente con ellos e intercambiar calcos, entré a la estación donde estaba Miguel, quien me pregunta que iba a cenar, yo le dije que no sabía así que me invitó a cenar una pizza más tarde. Quedamos en juntarnos en un local al costado de la estación de servicio a cenar y nos despedimos. Llegue a un kiosco donde estaban una pareja que estaba en bicicleta, por lo que me acerco a charlar, resulta que eran españoles, que desde Barcelona venían viajando, asi que luego de hora y media charlando de lugares y paisajes ellos siguieron su viaje rumbo a mendoza. Luego me encontré con Miguel y pedimos la pizza con una gaseosa, cenamos y el ingresó dentro del local, al salir se despide diciéndome que me esperaba en el camping y que todo ya estaba pago, un genio. Como pizza había sobrado dos porciones y gaseosa como un litro, pedí que me envolvieran las porciones y metí la gaseosa restante dentro de dos botellas de medio litro para poder tomarla y comer las porciones mañana, luego me retiro del local y voy al camping. Dejo a BetiAna al lado de la carpa y voy a charlar con unos chicos que había conocido en el camping, ya era como las 22:00 hs y luego de unos mates, siento me comenzaba a marear, esperé un rato, pensando que se me pasaría a la brevedad, así que me paré y se me pasaba un poco, pero cuando volví a sentarme fue peor, comenzaba a no coordinar y sentir los ojos pesados, presión en la nuca y vista lenta, me levanté y me despedí, yéndome a la carpa la veía un rato lejos y un rato cerca, como que se alejaba y se acercaba rápidamente, escuchaba también gente hablar sin que hubiese nadie, otras de las cosas que me pasó es que veía gente caminar que pasaba detrás de un árbol y al esperar que siguiesen no estaban mas, asi que me empece a preocupar, preguntándome que me estaba pasando, el sonido se sentía distorcionado, los latidos de mi corazón se sentían golpear en mi pecho. Entré en la carpa y me quedé sentado unos minutos, cuando de repente me dan ganas de vomitar, abrí la puerta de la carpa y devolví todo el queso de la pizza, por lo que pensé que me sentiría mejor al hacerlo, luego cerré nuevamente la carpa y aun me quedé sentado pensando en levantarme e irme a la administración del camping a pedir por un médico, pero no me podía levantar, abri la carpa para ver si alguien andaba por allí que me pueda ayudar pero no había nadie, pensé también en dar un grito pero no podía hablar, recordé que tenía medicamento en la moto, pero me era imposible salir de la carpa para ir por ellos, por lo que no podía hacer nada, lo único que coordinaba era mi pensamiento, luego mi vista, mi voz, mi fuerza, y mi cuerpo no respondían apropiadamente. Solo me decía: “no te acuestes porque no sé si te despertarás nuevamente”; y en ese momento, por primera vez en mi vida, me entró miedo de estar solo y que no haya nadie que pueda ayudarme, miedo de no saber si me despertaría al día siguiente, porque jamás había sentido tal malestar. Luego de varias horas sentado intentando distraerme con el teléfono para no dormirme, los ojos comienzan a cerrarse lentamente, por lo que caí rendido y dormido sin haberme dado cuenta. Durante la noche todo me dio vueltas sin parar, mi mente descansó pero no de igual manera mi cuerpo, ya que todo me dolía y sentía cada centímetro de piel que recubría mi cuerpo, y así me dormí… con incertidumbre, preocupación, miedo y malestar. La frase de ese día es: “Respeta lo que dice tu cuerpo, si tiene malestar, préstale mucha atención” Hasta Mañana!